Tras una larga y ansiosa espera por tener en mis manos la siguiente obra de FromSoftware, finalmente conseguí adentrarme una vez más en el universo caóticamente hermoso de Hidetaka Miyasaki.
Tras haber analizado la beta cerrada hace unos meses, cuyas 8 horas de prueba me parecieron tan solo minutos, quedé con el hype en las nubes. Intentaba ordenar mis ideas por lo que había presenciado. Me dije a mí mismo, no puede ser lo que están a punto de conseguir. Un souls de mundo abierto con elementos de exploración, dungeons, castillos, catacumbas y todo lleno de jefes. Mis sensaciones no aguantaban y finalmente pude acceder anticipadamente a esta maravillosa experiencia llamada Elden Ring.
Inicialmente, tras las declaraciones del estudio japonés donde aseguraban que nos llevaría unas 30 horas para finalizar el juego, yo llegué a imaginar que con los elementos de exploración y descubrimiento de secretos alrededor de todo el mapa me tomaría unas 20 horas más para completarlo al 100%. Pero no. Llevo cerca de 80 horas y recién estoy en la mitad del mapa. Es increíble qué tan adictivo y que tan atrapante puede llegar a ser adentrarse en cada rincón de las Tierras Intermedias. Realmente Elden Ring es más, mucho más de lo esperado.
Visualmente es una delicia. Para los que estamos acostumbrados a lo creativo que es el estudio con el diseño de enemigos hermosamente aterradores, ahora dan varios pasos más, sobre todo con el enorme mundo abierto y variedad de parajes que recorreremos en la aventura. Es impresionante la cantidad de veces que me he llevado las manos a la boca y decir: “maldición, que hermoso es todo”.
Es que hay que ser sinceros, el juego está hecho con una personalidad y cariño que se nota con cada paso que damos. La distancia de dibujado es enorme dejando ver parajes que te hacen lagrimear por lo bien que se ven. Es alarmante y satisfactorio cuando nos podemos dar cuenta la cantidad de posibilidades que tenemos al ir a un lado, enfrentar enemigos, escapar por la cantidad que son, llegar a una cueva, hay lobos dentro, los matamos con todo lo que tenemos, un boss dentro, morimos, lo intentamos de nuevo, volvemos a morir, pero nos quedamos con la sensación de que sí podemos acabar con él, hasta que finalmente cae el desgraciado, nos dan una recompensa, nos sentimos invencibles, salimos de la cueva pensando que nada nos detiene, nos mata cualquier otra criatura y maldecimos y reímos al mismo tiempo mientras seguimos recorriendo las bien cuidadas y detalladas zonas de este enorme universo.
El diseño de armas, armaduras, ítems, magias sigue siendo buenísimo. Lo mismo con los espacios cerrados como calabozos, castillos y demás zonas donde el juego se convierte en un Dark Souls puro con esa sensación intensa que en cualquier momento nos van a atacar y donde el jefe final es un coloso impresionante cuyo diseño nos dejará maravillados con lo espectacular que se ve.
Realmente lo que este estudio hace con estos enemigos finales es de lo mejorcito de la industria. Nada se les compara en cuanto al apartado artístico y creativo.
Tanta gala visual es acompañada por una armoniosa y por ratos tétrica banda sonora, una vez más, compuesta por el maestro Yuka Kitamura (Dark Souls 2, Dark Souls 3, Bloodborne, Sekiro y Déraciné) Iremos escuchando compases melódicos mientras recorremos las llanuras de las Tierras Intermedias donde el violín es el protagonista y que se transformará en una explosión orgásmica auditiva cuando enfrentemos a un jefe en una épica batalla.
La colaboración que hace George R.R. Martin en el guion y lore del juego pasa de ser anecdótica a ser totalmente atrapante en cuanto se va avanzando y descubriendo las intrigas y relaciones entre personajes, familias, traiciones, linajes, etc.
Definitivamente es el juego souls con más enfoque narrativo y que quieren contar una historia que, a pesar de seguir siendo algo críptica, es mucho más detallada que en las anteriores entregas del estudio. Todo esto contado por los diversos NPCs, enemigos o algunos ítems que encontramos en nuestro recorrido.
Y sin llegar a spoilear, encarnamos al Tiznado (Sinluz), miembro de una raza exiliada de las Tierras Intermedias cuya misión es encontrar las Grandes Runas custodiadas por los semidioses y jefazos del juego con el objetivo de restaurar el poder del Anillo de Elden y de esta manera convertirnos en el nuevo señor de las Tierras Intermedias.
Ahora, hablando de la jugabilidad ¿Es el mejor souls? Definitivamente sí. Hay un cúmulo de elementos positivos que han funcionado en los juegos anteriores y otros que son totalmente nuevos que hacen que la experiencia sea aún más satisfactoria.
El mundo abierto se presta para encontrar diferentes estrategias de ataque y emboscada, o en todo caso de escape gracias a nuestra montura llamada Torrent, un perfecto añadido especialmente para la exploración y el recorrido de grandes distancias. También puedes atacar y vencer jefes encima del corcel como también alcanzar lugares que a pie sería imposible gracias al doble salto.
El sistema de combate se sigue basando en una barra de resistencia, pero es mucho más amplio por la cantidad de magias, invocaciones y demás añadidos que optimizan la estrategia previa y durante los enfrentamientos. Lo mismo sucede en nuestras áreas de descanso que en lugar de Hogueras, ahora son Lugares de Gracia, que conserva algunas mecánicas como la de ordenar nuestros frascos, también se añaden algunas nuevas como la distribución de nuestras invocaciones, y Cenizas de Guerra que son un componente poderosísimo para modificar las propiedades de cada arma.
¿Es difícil? Claro que sí, pero es muy gratificante cuando consigues el objetivo mediante esfuerzo y habiendo estudiado a tu enemigo. Hay que recordar que en esta clase de juegos: La muerte forma parte de la experiencia.
Con respecto al rendimiento, en los primeros días del acceso anticipado sí noté caídas de frames y mucho popping, sobre todo en las hierbas, tampoco nada dramático que pudiera impedir disfrutar del juego. Esto se arregló con el parche de día 1 que estabilizó los 60 FPS y redujo el dichoso popping. El único problema que he encontrado es que cuando intenté usar el modo de invocación multiplayer nunca obtuve resultado.
En conclusión y habiendo jugado todos los souls, considero que este es el mejor. Incluso, puedo atreverme a decir que se convertirá en uno de los mejores juegos de la historia. Ha quedado muy chico todo lo que se ha dicho de este título, es más, mucho más.
Este análisis se ha realizado en una Xbox series X gracias a un código ofrecido por Bandai Namco Latinoamérica. Esto no afecta la opinión editorial sobre el juego.
