Reseña por Tuto Murillo

Tengo que reconocer, que nunca pude terminar el primer Dargon’s Dogma y se convirtió en uno de mis eternos pendientes. Lamentablemente, en esa época estaba zambullido en Skyrim, Dark souls y Dragon Age. Juegos que son similares en ciertos aspectos, como muy diferentes en otros. Lo mismo sucede con este Dragon’s Dogma 2, que felizmente no se necesita haber siquiera tocado a su predecesor para poder disfrutar y entender la historia.

Esta nueva obra de Hideaki Itsuno (director de Devil may Cry) nos muestra un mundo en constante evolución que se convierte en el protagonista principal lleno de situaciones sorpresivas que requieren la total atención en cada viaje entre pueblos, misiones o cualquier amenaza que se nos presente. Las ciudades y resto de locaciones están vivas y cada personaje tiene sus rutinas y costumbres. Por ejemplo, seguir a un NPC en sus quehaceres diarios nos puede llevar a una tarea con su respectiva recompensa.

Cada viaje es una nueva aventura y hay que salir preparados. No se sabe con qué nos vamos a topar fuera de cada ciudad. Llevar por lo menos una mochila para acampar, aceite para las linternas (sin ellas no veremos NADA por la noche), equipar las habilidades necesarias, etc.

Es que Itsuno ya lo había dejado bien en claro: “Tu juego es aburrido” si el diseño del mundo abierto abusa del viaje rápido. Y tiene mucho sentido, aunque puede llegar a ser la primera pega de su obra para algunos jugadores: Los viajes rápidos son muy escasos. Están supeditados al uso de piedras teletransportadoras que vamos a ir encontrando en la aventura. El problema es que habrá momentos en que perderemos mucho tiempo yendo del punto A al punto B y tedioso si es que ya hemos recorrido esos caminos decenas de veces.

Existen unas carretas en algunos pueblos que nos pueden ahorrar algo de tiempo, sin embargo, el mundo está tan vivo que durante el trayecto nuestro transporte puede ser asaltado por unos maleantes y tenemos que defenderlo. Se complica la cosa cuando debemos tomar un descanso y no hay fogata cerca o no tenemos mochilas para acampar. Por esa misma razón, hay que estar debidamente preparados para aventurarnos en las misiones o exploraciones lejos de las murallas de las ciudades.

Cuando cae la noche, realmente no se ve más allá de un metro de distancia y despiertan diferentes enemigos que llegan a ser muy peligrosos. Aunque mi mayor problema era el no ver donde pisaba y podía caer en un precipicio. En ese momento, nuestro mayor aliado será la bendita linterna que llevamos sujetada a la cintura. Esta nos servirá también para adentrarnos en cuevas y otras zonas oscuras.

Aunque hubiera sido genial que se les asignen el fijado a los enemigos, el sistema de combate es muy parecido al de Monster Hunter y algo simple a primera vista. Luego se va complicando cuando los enemigos se hacen más grandes. No es lo mismo violentar a un grupo de goblins que te tiran piedras, que intentar darle un golpe a un grifo que llega volando destruyendo la carreta donde estaba bien sentado y no me tocó otra que salir a toda prisa y esconderme de ese maldito, para luego irme a pie a mi destino.

Ya con la adecuada experiencia y mejorando mis habilidades de batalla, pude descifrar qué nos conviene para acabar con ciertos tipos de enemigos. Mi personaje inicial fue un ladrón el cual puede trepar con facilidad en los cuellos de los enormes monstruos y atacarlos desde ahí haciéndoles un daño muy considerable. Luego cambié a un Spirit Lancer para probar sus habilidades y también me hice arquero en la misma partida para poder completar una misión.

Ahora, hay que hablar lo que yo considero lo mejor del juego: El sistema de peones.

Podremos llevar con nosotros hasta 3 acompañantes al mismo tiempo cuyas decisiones son únicas y controladas por inteligencia artificial. El principal lo podemos crear nosotros y siempre estará a nuestro lado. Mientras los otros dos pueden ser creaciones de otros jugadores con la posibilidad de contratarlos dependiendo de nuestras necesidades. Esto hace que el juego parezca ser cooperativo, pero sin llegar a serlo. Puedes despedirte de uno de tus peones y volverlo a contratar después de un tiempo y este habrá subido de nivel, con otro equipamiento y habilidades. Además, cada uno tiene su propia personalidad y podemos decidir cómo deben actuar con el entorno.

Estos peones van adquiriendo conocimiento mientras exploramos, batallamos, completamos misiones, incluso dependiendo de un enemigo específico. Si han sido peones de otros jugadores, te podrán ayudar cómo resolver ciertos pasos de las misiones en tiempo real. También te dirán cómo vencer a ciertos enemigos que ellos ya han eliminado.

El nivel de combate de los peones es muy bueno y me han dejado satisfecho en cada batalla. Saben perfectamente qué hacer y cómo atacar. Esto difiere al momento de explorar. Me he visto en situaciones donde se tropiezan y caen al abismo y tengo que ir a revivirlos o mueren cuando hacen un mal salto y terminan en el agua de manera absurda.

En ese caso, tengo que acudir a una de las Piedras de falla que abundan por el mapa para traerlos de vuelta o contratar a otros de manera gratuita o con puntos del juego.

Me tomo mi tiempo cuando llego me adentro en la falla para invocarlos y poder ver los aspectos de cada uno de ellos. Me he reído con creaciones con nombres tipo Naruto y el personaje luce como una enorme hechicera de dos metros con cara de leona.

Hablando del editor de personajes, puedo llegar a decir que es uno de los más completos que haya presenciado. He visto a la comunidad de jugadores crear personajes como Kratos, Michael Jackson, Doraemon, Zombies, etc.

En cuanto a la historia, no es nada que no se haya contado antes. Somos una especie de elegido llamado Arisen y nuestro objetivo es acabar con un dragón antes que destruya el mundo. Ahora, no somos unos desconocidos, pareciera que todos los NPCs y nuestros peones nos rinden culto casi de manera dogmática (?)

También nos sumergiremos en un pantano de conspiraciones, disputas de poder y conflictos entre naciones. Obviamente en este tipo de juegos existen otras misiones las cuales algunas serán más profundas que otras. Ahora, la trama hace que vivas tu propia y única aventura sin que tengas marcas en el mapa el cual vamos a ir completando mientras exploramos. El juego te invita a tomarte un tiempo para razonar y probar las diversas soluciones y caminos para resolver un quest.

Me ocurrió que una NPC me envió a proteger a su esposo que batallaba ante un Dullahan que pegaba fuertísimo y terminó asesinándolo antes que yo pueda derrotarlo. De regreso a la ciudad la mujer llora su pérdida, pero se me ocurrió usar una de las piedras de resurrección en el cementerio y el sujeto volvió a la vida para darme información de otras situaciones.

Adicionalmente, por todo el mundo hay toda clase de coleccionables, algunos más necesarios que otros y también dropeo de ítems muy buenos por partes de los jefes y minifejes para aumentar las estadísticas de nuestro equipo.

Como buen RPG puedes escoger una clase inicial: Luchador, mago, arquero o ladrón que puedes evolucionar o incluso cambiar eventualmente por otras que irás descubriendo cada una con sus respectivas habilidades.

A pesar de que las batallas sean intensas y épicas, lamentablemente el bestiario es muy limitado, sobre todo con los enemigos comunes como goblins, harpías, saurios, lobos y a veces es frustrante que en plena exploración derriben un puente que te hace dar un tremendo desvío o que en algunas ocasiones son más estorbo que peligro.

La banda sonora a cargo de Satoshi Hori (Resident Evil 7) es emotiva y épica cuando debe de serlo, aunque lo más resaltante son los efectos de sonido que hacen que el mundo se sienta más vivo. Lo mismo sucede con las batallas, el impacto auditivo de golpes y efectos en las magias es notable.

En cuanto al apartado gráfico si bien el mundo se ve increíble, no pasa lo mismo con las caras de algunos personajes que pareciera que sus animaciones fueron diseñadas en generaciones pasadas. Igual con la manera en que se presentan las conversaciones, se nota algo anticuada para los tiempos que vivimos. Otra cosa que se echa en falta es que los diseños de los niveles son poco variados y las ciudades principales podrían tener más personalidad.

El juego no me ha ocasionado ningún problema de rendimiento, salvo algunos glitches que incluso me han parecido graciosos por ejemplo ver uno de mis peones sin poder bajar de un techo. Eso sí, he tenido que recargar la partida para encontrar a un NPC en un punto indicado.

Dragon’s Dogma 2 apunta a 30 FPS en consola. Esto no me ha traído inconvenientes salvo en algún singular momento en una ciudad llena de personajes.

Otra cosa que no me ha gustado mucho es el sistema de guardado. A veces he sentido que el juego está diseñado para incomodar y apartar a cierta clase de jugadores. Sumándole a la falta de viajes rápidos te genera una inmensa flojera si no tienes tiempo aventurarte por horas.

Como comentarios finales, Dragon´s Dogma 2 es un juego que todo amante de los RPG va a disfrutar de manera inmersiva que por ratos se convierte en un walking simulator por la falta alarmante de viajes rápidos, pero esto no debería ser una molestia si estás disfrutando la aventura por el gigante mapa que está cargado de secretos ocultos. Los combates contra los monstruos gigantes son espectaculares y pueden terminar de diferente manera, al igual que cada una de las misiones donde nuestra decisión puede cambiar drásticamente todo.