La segunda entrega de la saga de mega tiburones prehistóricos trae más criaturas, acción y explosiones, pero no pasa de ser una película de esas para apagar el cerebro un rato.

Con unas escenas visualmente decentes, unos personajes que parecieran que quieren morir en cada escena y una trama clásica de «Tenemos un traidor en nuestras filas», Meg 2 no deja de ser disfrutable. No vamos a entrar en detalles de CGI o efectos visuales (que al final si nos ponemos exquisitos, siempre hay algo que criticarle a la película) pero si vamos a ahondar en la trama y en los personajes, que para mi es donde está lo divertido de la peli.

Parte 1: Los Eco terroristas contraatacan

Arrancamos en el cretácico, donde nos muestran lo todopoderoso que es el Meg comiéndose un T-rex, y esperando que ningún animal prehistórico haya salido herido en esa escena saltamos al presente donde vemos a Jonas (Jason Statham) en modo «James Bond medioambiental» enfrentándose a un grupo de malvados ¿Tiradores de residuos tóxicos? al mar y luego de verse al borde de la muerte, es salvado poéticamente por un avión que se traga a nuestro héroe.

Luego de una intro donde ya nos muestran el tono de la película, tenemos un espacio de explicaciones necesarias para la trama, con muchos datos «relevantes» como los trajes, el fondo marino sin explorar y la posibilidad de nuevas especies no conocidas. Y claro, aquí aparece mi personaje favorito de la película: Jiuming, interpretado por Wu Jing, quien mientras prueba un aparato para «hablar» con su Meg, dará vida al contador de «Está a punto de morir un personaje pero al final no» tantas veces que al final lo vas a terminar amando y odiando.

Ya en rumbo al fondo del mar para explorar, Meiying (Shuya Sophia Cai) se cola en la aventura, para conveniencia del guion, dándole a nuestro protagonista una preocupación extra y a la trama momentos de tensión continuos. Esto sumado a que el Meg que tenían en cautiverio se escapa para hacer lo que la naturaleza manda nos deja todo listo para que comiencen las escenas más locas de la película.

Y es que atentos a esto, hay una estación submarina que es una operación minera ilegal liderada por un misterioso grupo que está explotado el gran abismo. Luego que todo explota gracias a nuestro villano de turno, nuestros héroes ahora deben caminar por el fondo del mar, en medio de la oscuridad y esquivando todo tipo de peligros. ¿La solución para salir de esto? llegar a la estación, donde se revela la verdad: La corporación para que la trabajan, Mana One, es la responsable de esta operación eco-malvada, hay una traidora en la base central y destruirán a quien sea para evitar ser descubiertos.

Así Jonas y su grupo de abisales compañeros escapan del fondo marino, libran de los matones de Mana One y huyen de la base central, mientras entramos en la segunda parte de la película Fun Island y el comienzo de la matanza de las criaturas submarinas

Parte 2: Jason Statham pateando megalodones

La única oportunidad que tienen para huir es una isla de vacacionistas llamada Fun Island, donde llena de turistas que no tienen idea que está pasando, tendremos la obligatoria matanza de criaturas oceánicas.

Y es que cuando todo explotó en la primera parte de la peli, se abrió una brecha en el fondo marino, de donde salieron muchas criaturas, ya no solo megalodones, también un kraken y varios cocodrilos prehistóricos para que la acción sea en tierra y mar por igual.

Ahora nuestros heroes deberán evacuar personas del mar, enfrentarse a los mercenarios de Mana One y mantenerse vivos, todo esto mientras los Megs, el Kraken y los cocodrilos atacan a diestra y siniestra. Todos tienen su momento de acción, desde DJ, el ingeniero de Mana One hasta un perrito que escapa de la muerte haciéndole competencia a Jiuming como el personaje más al borde de la muerte.

Entonces, nos ponemos de pie, porque aquí Jason Statham protagoniza la escena del cine de tiburones más clásica de la historia: Un hombre con una lanza y la fuerza de sus piernas detiene a una criatura de 100 toneladas! ¿Ilógico? Sí, ¿Divertido? definitivamente. La pelea final fue una locura de principio a fin, con muchas «Casi muertes» y demasiadas conveniencias, el villano muere de un combo Meg/Statham y todas las criaturas mueren poco a poco hasta que llega la ayuda.

El final de la peli nos deja muchas interrogantes para una secuela ¿Habrá cerrado la brecha al abismo? ¿Cómo explicar todo a las autoridades? ¿El aparato para hablar con Meg funciona? y la más importante de todas, ¿Cuántas veces estuvo a punto de morir Jiuming? Esa última de las dejo de tarea, porque hasta acá llegamos con esta reseña de Megalodones y criaturas submarinas.

¿Calificación? 6/10 como para comprar un combo gigante de cancha y disfrutarlo. En Surtido la vimos en 4D de Cinépolis y sin duda eso ayudó mucho a la experiencia más tiburonesca de este invierno, como para ver en familia.