• Final Fantasy XVI: Un épico conflicto de destino y venganza

Han pasado cerca de 7 años desde que Square Enix nos sorprendió con Final Fantasy XV, un juego donde el salto a la nueva generación se hacia notar en cuanto al apartado gráfico y la jugabilidad, en esta ocasión fue desarrollado por Creative Business Unit III, la misma división detrás de Final Fantasy XIV, cabe mencionar que el productor es Naoki Yoshida y el director es Horishi Takai, razón por la cual se siente la influencia de MMORPG que hasta ahora sigue vigente.

Si tenemos que resumir la historia en dos líneas seria: El disconformidad de varias facciones del continente Valisthea que están en constantes conflictos debido a una plaga que está consumiendo sus tierras. Ciertamente uno esperaría un juego dentro de las matices que significa esta gran saga de Final Fantasy, pero gratamente estoy equivocado, porque nos presentan una historia oscura con personajes con un desarrollo donde todos son los protagonistas, en este review sin spoilers te contare como este juego, a mi parecer, marca un antes y un después en el género RPG.

Una historia de redención y legado que te atrapa desde el principio

Final Fantasy XVI nos sumerge en un vasto mundo de fantasía donde dos naciones, el Reino de Valisthea y el Imperio de Sanbreque, se encuentran en medio de una guerra despiadada. Este enfrentamiento no solo se trata de territorio y poder, sino de un conflicto enraizado en el destino y la venganza que involucra a nuestro protagonista principal, Clive Rosfield, un joven de noble linaje perteneciente a la Casa Rosfield, quien se convierte en el Dominante de Fénix, uno de los Eikons, poderosas criaturas que personifican a los elementos primordiales. Clive, quien perdió a su hermano en un ataque dirigido por el Eikon del Fuego, Ifrit, está determinado a vengarse y liberar a su tierra natal de esta amenaza. Con su empeño por desentrañar la verdad detrás de la tragedia, y desconociendo que el verdadero responsable es él, Clive se embarca en busca de la verdad.

A medida que Clive se aventura en este viaje, se encuentra con una variedad de personajes entrañables y valientes. Joshua Rosfield, el hermano menor de Clive, también se convierte en una figura central en la historia. Aunque en un principio parece frágil y vulnerable, Joshua oculta un poder desconocido que lo conecta con un Eikon misterioso y peligroso. Su relación con Clive se pondrá a prueba mientras los dos hermanos deben enfrentar su legado y lidiar con sus destinos entrelazados.

En su camino, Clive también se encuentra con Jill Warrick, una chica que fue enviada a Rosaria y se seria la confidente de Clive, posterior a los sucesos ocurridos en el primer capítulo del juego, Jill tendrá una importante participación en el inicio de los conflictos, por ser Dominante de Shiva, el Eikon de Hielo. No nos podemos olvidar de Torgal, un lobo que, al igual que Jill, también procede de los territorios del norte y tras sobrevivir a la tragedia que desencadena Ifrit, se reencuentra con Clive varios años después para acompañarlo en todas sus aventuras.

Entre los antagonistas, encontramos a Eikons poderosos y aterradores que sirven a los intereses del Imperio de Sanbreque. Ifrit, el Eikon del Fuego responsable de la tragedia que afectó a Clive, desempeña un papel central en la narrativa, personificando el peligro y la venganza. Otros Eikons, como Shiva, Ramuh, Titan, Bahamut, Garuda entre otros, también juegan un papel importante en la historia, brindando desafíos formidables a nuestros héroes. A lo largo de la narrativa de Final Fantasy XVI, los personajes principales se enfrentan a una serie de desafíos personales, descubrimientos impactantes y traiciones sorprendentes. El destino y la venganza se entrelazan en una trama llena de giros y vueltas, donde los límites entre el bien y el mal se vuelven borrosos y la redención se convierte en una búsqueda esencial para nuestro héroe.

Un estilo de juego espectacular que combina acción y estrategia

El combate es uno de los aspectos más destacados de Final Fantasy XVI. Se basa en un sistema de acción en tiempo real, sin pausas, permitiéndote ejecutar movimientos ágiles y fluidos mientras te enfrentas a una variedad de enemigos. Clive es capaz de usar habilidades y técnicas únicas gracias a su vínculo con el Eikon del Fuego, lo que le otorga poderes elementales devastadores. Podrás realizar combos, esquivar ataques y lanzar poderosos ataques especiales para derrotar a tus adversarios.

Es aquí donde se nota una gran diferencia con las anteriores entregas, puesto que aquí se prioriza más las habilidades cuerpo a cuerpo y tus ataques como Dominante que las magias, estas pasan a un segundo plano puesto que en la efectividad no determina que triunfes en las peleas, sino que la habilidad de poder combinar tus ataques.

La situación se complica cuando nos percatamos de que tenemos la capacidad de tener hasta tres Eikon equipados, entre los cuales podemos alternar en tiempo real incluso durante un combo. Cada uno de estos Eikon posee una habilidad única propia, como bloquear golpes o atraer enemigos, además de dos habilidades asignadas que requieren unos segundos para recargarse después de ser utilizadas. Por supuesto, también dispondremos de una barra de Límite que nos permitirá fortalecernos y curarnos durante un breve período para llevar a cabo combos más extenso.

Además de todo lo mencionado, se suma la posibilidad de realizar contraataques al esquivar en el preciso instante en que nos van a golpear, diversas técnicas avanzadas como provocar un choque con el oponente para romper su defensa y desacelerar el tiempo, así como la existencia de un indicador de postura que, al reducirse a cero, dejará aturdidos a los enemigos más poderosos y los hará sufrir un mayor daño. Incluso tenemos la opción de darle instrucciones a Torgal para que realice ataques cuando sea necesario y nos ayude a prolongar nuestros combos.

En cuanto al equipo que usaras, solo tendrás seis ranuras; Espada, Cinturón, Brazalete y tres amuletos. Si se compara con las antiguas entregas de Final Fantasy, pienso que han acertado en no colocar tantas ranuras como nos tenía acostumbrado, esta vez se simplifico y el énfasis de las peleas será como manejes tus habilidades. En cuanto a los ítems, podremos decir que ahora tendremos un número limitado de pociones y elixires que tendremos que saber usar, puesto que no hay auto regeneración en el personaje.

Adicionalmente, los ataques de los enemigos más difíciles son impresionantes, lo que garantiza batallas sumamente entretenidas en las que no podemos permanecer inmóviles ni por un solo instante. Debemos mantener una gran atención hacia las habilidades que emplearán en nuestra contra para saber cómo reaccionar, las cuales se presentan al más puro estilo de Final Fantasy.

En este aspecto, destacan principalmente los jefes. Son abundantes en número y cada uno de ellos es una auténtica maravilla: poseen una notable variedad, atraviesan múltiples fases distintivas, su presentación en escena es espectacular y constantemente intensifican la épica hasta niveles insospechados. Por lo tanto, sin duda alguna, se ha convertido en mi sección favorita del juego.

En cuanto a la dificultad, al inicio tendremos dos opciones entre las que elegir: Historia y Acción, que vendrían a ser equivalentes a los modos Fácil y Normal respectivamente. Desafortunadamente, en el modo Acción no llegue a morir ni una vez, salvo una pelea con un jefe del tablero de caza, y apenas he necesitado recurrir a pociones para curarme, ya que el uso adecuado del Límit generalmente nos bastaba para recuperar la poca salud que nos quitaban cuando nos alcanzaban. Solo hemos tenido que jugar seriamente cuando nos enfrentamos a algunos jefes opcionales que tenían varios niveles por encima.

Afortunadamente, el sistema de combate es tan divertido y los enfrentamientos están tan bien diseñados y planteados que esta falta de desafío suele pasar a un segundo plano para permitir que la épica y el espectáculo brillen por encima de todo, aunque hubiera sido bueno contar con un modo inicial más exigente.

De todas formas, esto no significa que no haya desafíos que nos pongan a prueba. Una vez completada la aventura, desbloquearemos el modo de juego Nuevo Juego+, que incluye una nueva dificultad llamada Final Fantasy. En este modo, podemos alcanzar el nivel 100 y obtener nuevas armas y equipo para seguir mejorando a nuestro personaje, a cambio de enfrentarnos a enemigos mucho más fuertes. Lo interesante es que no solo se trata de oponentes más poderosos, sino que la disposición de las criaturas también cambia significativamente, lo que genera combinaciones de adversarios mucho más que en la primera partida. En general, no consideramos que la dificultad sea demasiado alta, pero sí es un modo en el que los errores tienen mayores consecuencias y hemos tenido que usar pociones con mayor frecuencia para no morir, además de requerir una gran atención a nuestras acciones durante el juego.

Desafiando los límites visuales y auditivos: Una experiencia única y
abrumadora

Lo que nos ha dejado sumamente satisfechos es el apartado visual, el cual nos ha permitido disfrutar de unos modelos excepcionales, expresiones faciales fantásticas, animaciones de primer nivel, detallados escenarios, una excelente dirección artística, texturas de alta calidad y una imagen impecable en términos de claridad. Además, se suman efectos elaborados y secuencias de video cuidadosamente diseñadas y dirigidas con un gusto exquisito. Y sí, todo esto alcanza su máximo esplendor en las batallas contra los Eikon, probablemente lo más espectacular que hemos presenciado hasta ahora en esta generación.

La parte negativa se encuentra en el modo de rendimiento, el cual experimenta una molesta intermitencia al explorar, lo que resulta en una tasa de fotogramas por segundo que sufre mucho y le cuesta alcanzar su objetivo de 60 fps, especialmente cuando no estamos en combate. Además, la disminución en la calidad gráfica y resolución es bastante notable.

Por otro lado, el modo de calidad nos ofrece una imagen muy definida y cristalina que contribuye a realzar el espectáculo técnico que el juego presenta en pantalla. Sí, existen altibajos y se nota, por ejemplo, la diferencia de detalle entre los protagonistas y los personajes secundarios, pero en general es un juego que resulta visualmente atractivo y logra impresionar. En este modo, debemos conformarnos con jugar a 30 fps, aunque el rendimiento es mucho más estable y solo hemos notado algunas caídas en zonas y situaciones muy específicas. Sin embargo, debemos advertir que su principal problema en la actualidad radica en el excesivo desenfoque de movimiento que presenta, lo cual difumina demasiado la imagen al mover la cámara y puede resultar bastante frustrante.

Por último, no podemos encontrar ninguna falla en su impresionante apartado sonoro. El trabajo realizado por Masayoshi Soken en las partituras compuestas para esta aventura es abrumador, deleitando nuestros oídos con temas sumamente épicos, memorables y de una calidad incuestionable. Además, se utilizan de manera perfecta y suenan en el momento preciso para reforzar la épica y el drama, adaptándose de manera maravillosa a todo lo que vemos en pantalla y llevando la experiencia al siguiente nivel. Por si fuera poco, es capaz de jugar con diversos estilos y ofrecer melodías que van desde aquellas que podrían haber sido compuestas por el propio Nobuo Uematsu hasta otras más experimentales y diversas que llevan el inconfundible sello del compositor. Y sí, podemos esperar una gran cantidad de referencias musicales a entregas anteriores.

Podríamos decir que el mundo de Valisthea en Final Fantasy XVI se divide en dos secciones distintas, ya que en ocasiones nos encontraremos explorando lugares más estrechos y lineales en contraste con otras áreas más abiertas, aunque no llega a ser un mundo abierto en sí.

Básicamente, en estas fases debemos avanzar a lo largo del escenario siguiendo el único camino indicado por el juego, con una exploración prácticamente inexistente. Se reduce a enfrentarse a una horda de enemigos en una sección, avanzar, disfrutar de una cinemática, encontrarse con otro grupo de criaturas y monstruos, y así sucesivamente. Aquí es donde ocurren los momentos más memorables del juego, especialmente durante las batallas contra los Eikon y otros jefes finales.

Por otro lado, las áreas del mapa que nos llevan a zonas más abiertas nos brindan una total libertad para movernos a nuestro antojo, dentro de ciertos límites preestablecidos. Sin embargo, aquí radica el problema, ya que el diseño de estos escenarios no se aprovecha completamente. Son entornos muy vacíos en los que apenas se puede interactuar. De vez en cuando, nos encontramos con grupos de enemigos o algún cofre para abrir, pero en general, las posibilidades son bastante limitadas.

Por otro lado, las áreas del mapa que nos llevan a zonas más abiertas nos brindan una total libertad para movernos a nuestro antojo, dentro de ciertos límites preestablecidos. Sin embargo, aquí radica el problema, ya que el diseño de estos escenarios no se aprovecha completamente. Son entornos muy vacíos en los que apenas se puede interactuar. De vez en cuando, nos encontramos con grupos de enemigos o algún cofre para abrir, pero en general, las posibilidades son bastante limitadas.

CONCLUSIONES
Luego de haber jugado más de 25 horas debo decir que hace bastante tiempo no he disfrutado un juego de este género, es de lejos una de las historias más oscuras y alucinantes que haya visto, normalmente si uno recuerdo las entregas anteriores de Final Fantasy, uno esperaba un desarrollo de personajes dentro de lo que uno espera, predecibles y generalmente con poca empatía, el desarrollo de los personajes principales nos dejan a la expectativa y no puedes esperar tantos giros en la trama que no puedes parar de jugar. La rejugabilidad es obligatoria si quieres tener todos los trofeos, sin lugar a dudas aún no se conoce que otros secretos te pueden aguardar, espero encontrarme un reto mayor en el modo Final Fantasy. Sin lugar a dudas un candidato fuerte para el próximo juego del año.

PUNTAJE 9.5/10
*Este análisis fue realizado con un código de juego para Playstation 5.