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Foto de RetroReseña Anime: Dororo (2019)

RetroReseña Anime: Dororo (2019)

Por: Tori | 23 - 09 - 2020

50 años en readaptarlo… y valió la pena Por «Tori»

¡ALERTA SPOILERS! 
A principios del años pasado, en la temporada invierno 2019, la casa de animación MAPPA nos trajo a nuestras pantallas un anime que fascinó a muchos, tal vez a todo el mundo que lo vio. Y no es por nada, pero fue basado del manga del mismo nombre hecho por el mismo padre del manga, Osamu Tezuka (Astroboy, Kimba, entre otros). Yo fui una de esas personas que esperaba cada lunes por ver cómo se desarrollaban las aventuras de estos dos personajes. Por veinticuatro semanas, la ventana de ese anime estaba entre las primeras, junto a otros como JoJo Vento Aureo y el anime del slime. Veía cada uno de los capítulos que hasta insistía a mis amigos para que también lo vean. Y es por eso que, en esta primera retro reseña, voy a hablar de Dororo.

Dororo nos pone de contexto a un señor feudal, Daigo Kagemitsu, durante el periodo Sengoku, una época marcada por los problemas políticos y guerras entre clanes. Este señor feudal decidió que, para poder gobernar las tierras y tener prosperidad, iba a entregar a cuarenta y ocho demonios a su hijo que estaba por nacer. Es por eso que, al nacer, el bebe nació prácticamente sin nada: sin piel, sin ojos, sin órganos internos. Le habían quitado cuarenta y ocho partes. Sin embargo, el bebé seguía vivo. Sin embargo, como vio que los demonios iban a cumplir su promesa, ordenó que se llevaran y mataran al bebé. Sin embargo, la matrona lo dejó en el río, donde fue rescatado por Jukai, un hombre de medicina que, usando magia medicinal y prótesis, le dio a Hyakkimaru, nombre que le dio Jukai, un nuevo futuro.

Hyakkimaru

Este, al crecer, se dedicaría a cazar a los demonios ahora libres para recuperar su cuerpo (ya que, al derrotarlos, iba recuperando parte de su cuerpo). En el viaje conoce a Dororo, un niño ladrón y huérfano que lo acompañará (o más bien lo seguirá) en su viaje por recuperar su cuerpo. Asimismo, Dororo servirá como su vínculo con la realidad, entre enseñándole cosas nuevas y guiándolo en su actuar.

Sin embargo, con cada monstruo que derrotan, la prosperida de Daigo disminuye, lo que despierta el conflicto más grande de este anime, pues también involucra a su segundo hijo, Tahomaru, en su lucha por matar a Hyakkimaru. Una batalla que acarreó grandes consecuencias, pero que terminó con un final que gustó.

El manga había tenido una adaptación más fiel a la fuente original, así como una película live-action. Pero eso no quiere decir que este anime sea malo. MAPPA logró no solo darle una buena animación, sino también supo adaptarla de una manera que encantó. El trazo de Tezuka se sigue sintiendo en los personajes, como la redondez de los rostros, en especial de Dororo, y las escenas de acción; sin embargo, supo también darle su propio estilo y darle un aire moderno y antiguo al mismo tiempo.

Lo bueno de la serie es que te presenta personajes que no son blanco ni negro, sino que tienen sus matices de grises. A los personajes los llegas a querer, no los odias por las acciones que toma. Hasta Daigo que, si bien es un villano, tenía una razón algo entendible de por qué lo hizo. Aprendes junto a Hyakkimaru cómo sobrevivir y, es verdad que es cabeza dura, pero va creciendo conforme avanza la serie. Y Dororo te gana el corazón por cómo sacar provecho a la situación, así no sea tan fuerte o hábil como Hyakkimaru.

Lo más impresionante para mí eran, además de las voces, las escenas de acción. No tenían miedo en mostrarte los litros de sangres que el anime nos tiene acostumbrado cuando un miembro es cortado. Cada instante, sentías la emoción de ver cómo la batalla tomaba forma y terminaba con un gran momento de epicidad que terminabas feliz del resultado. Y cuando la escena requería una carga emocional, no te lo dejaban a medias tintas. Los capítulos de Mio y su final han logrado que sintamos el dolor de un grito de un pobre hombre al ver lo sucedido. Posiblemente, entre mis mejores capítulos.

Hyakkimaru y Dororo, los protagonistas de la historia.

Aunque como todo anime, siempre hay su lado negativo. Y este no es la excepción. Había historias que bien podrían haber sido eliminadas, más que nada porque sentía que me querían dar un mensaje implícito al final de la historia, en la que Hyakkimaru no recuperaba nada, pero era una lección para Dororo o para el personaje de turno. Posiblemente mi mayor bajón de la serie sea el final. Lo sentí muy apresurado por momentos, como si se les estuviera acabando el tiempo y tuvieron que presionar el botón de acelerar. La batalla contra el demonio final duró apenas unos minutos, mientras que yo esperaba una batalla épica por todo lo que parecía prometer.

Y cómo no poder hablar de Dororo sin hablar de la música. Y qué música. Podías sentir que estabas en el lugar de los hechos. Los openings y endings apoyan en dar un gran peso a la trama, así como saber que estas por ver (o terminando de ver) un anime que ha valido la pena cada minuto. Y el primer opening, Kaen de Queen Bee, se volvió uno de mis favoritos del año.

 Su trama es muy buena, su casa de animación le hizo justicia a este anime, que se tomó cincuenta años en ser adaptada y reconocida, los personajes son entrañables y las escenas de acción valen la pena. Aun así, creo que lo que he descrito no es mucho comparado a los grandes momentos que pasé junto a esta historia de Osamu Tezuka.

Puntuación final: MUY recomendable

Recomendable si te gusta…

  • Animes de samurais
  • Acción
  • Drama
  • Comedia
  • Sobrenatural
  • Desarrollo de personajes
  • Una buena adaptación
  • Osamu Tezuka
  • Historias de venganza

Dororo puede verse en exclusiva por Amazon Prime, quiénes lo distribuyen mundialmente.

Etiquetas: Anime | Dororo | Prime Video |

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